jueves, 1 de septiembre de 2016

Té moruno helado

¡Hola Cocinillas!

Perdonad el parón veraniego, de hecho tenía planeado publicar esta entrada a mediados de julio pero por distintos motivos no he sido capaz de hacerlo hasta ahora y aunque no hace tanto calor como entonces espero que os siga apeteciendo un vaso de un té moruno bien helado para refrescaros. 

 Si os soy sincera, la primera vez que probé esta bebida fue en forma de Nestea y más tarde me hice fan de la marca blanca de cierto supermercado que no nombraré pero que todo el mundo conoce (al menos en España). Pues bien, después de pasar una temporada en Reino Unido y adquirir el gusto por el té de verdad estos sucedáneos me saben a poco. No están mal y son refrescantes pero no son exactamente té así que el verano pasado empecé a experimentar para encontrar el mejor té helado y sinceramente, fue un fracaso. Casi siempre me salía tan amargo que tenía que echarle medio azucarero para disimular el sabor (y ni aún así lo conseguía). Así que este verano he ido a un taller en el que nos explicaron cómo hacer un té helado en condiciones sin que amargue ni se agüe.

El sitio donde se impartió este taller se llama I Love Tea Company, una tienda especializada en tés, infusiones y todos los accesorios necesarios para prepararlos. Tienen hasta galletas y pastas para acompañar el té. El taller lo impartió Victoria quien nos preparó un té negro con coco, un té rojo con frutas del bosque y un té verde moruno mientras explicaba las mejores formas para enfriarlo y algunos trucos para que no se aguara. También nos habló sobre los orígenes del té helado. En esta ocasión probamos té rojo con coco, té negro con frutos rojos y té verde moruno. Aquí os muestro algunas imágenes de la tienda y del taller y después viene la receta que ya veréis que no puede ser más sencilla.





INGREDIENTES

  • Té verde moruno (en realidad podéis utilizar té verde normal y añadir hierba buena al gusto)
  • Hierba buena
  • Azúcar moreno
  • Agua


PREPARACIÓN:

  • Primero vamos a hacer cubitos de hielo de té moruno para que después no se nos agüe el té. Es tan sencillo como poner una cucharada de té moruno y echar suficiente agua caliente (no hace falta que hierva, con que esté a 90º es suficiente) y esperar 3 minutos mientras se infusiona. Verted el té en las cubiteras, podéis esperar un poco a que se enfríe y lo ponéis en el congelador durante un par de horas.
  • En esta ocasión infusionaremos el té en frío. Poned en el filtro una cucharada de té por cada 200 ml y verted el agua que puede estar tanto del tiempo como fría de la nevera. Lo mejor es echar el azúcar ahora para que al infusionar adquiera todos los sabores aunque también se lo podéis echar después. La cantidad depende mucho de vuestros gustos, yo le eché una cucharadita por cada cucharada de té. Podéis sustituir el azúcar moreno por cualquier edulcorante.
  • Se puede infusionar tanto a temperatura ambiente como en la nevera, en mi caso lo hice en la nevera y lo dejé durante unos 15-20 minutos, también podéis ir probando si está lo bastante fuerte para vuestro gusto probándolo de vez en cuando.


Lo único que queda es servir con los cubitos de hielo de té que hicimos antes y ya está listo vuestro té helado. Si tenéis hierba buena nunca viene mal poner alguna hoja para decorar. El té verde amarga al enfriar por eso es recomendable hacerlo en frío. El té negro o el rojo lo podéis hacer de forma normal y después enfriarlo metiéndolo en la nevera. No os voy a contar más truquitos para que os paséis por la tienda y preguntéis directamente, que son muy majos y siempre están dispuestos a aconsejarte.

En este caso elegí el té moruno porque incluso caliente es super refrescante así que imaginaos frío. Si queréis podéis añadir algún chorrito de alcohol, quizás para esto vendría bien un poquito de ron para que tenga sabor a mojito. Espero que os guste y que os ayude a pasar estos últimos días veraniegos y en el veranillo de San Miguel.


¡Buen provecho!