¡¡Hola, cocinillas!!
Hoy tenemos en el blog una receta que sería digna del mismísimo Falsarius Chef. (Aunque no le hemos copiado, que conste). Una receta tan deliciosa como rápida y sencilla de elaborar. Veréis, últimamente empecé a probar las natillas sabor caramelo que venden ya preparadas, pero que son bastante caras, la verdad. Me encantan y decidí prepararlas por mí mismo. ¿Cuál es el problema? Para hacer natillas tienes que gastar una exageración de huevos, y sigue saliendo bastante caro, amén de que resulta bastante engorrosa y lenta su elaboración. ¿Solución? Pues he probado a hacerlas a partir de un sobre de preparado de natillas normales y el resultado ¡¡ha sido excelente!! Así que tomad nota, porque estas natillas sabor caramelo "exprés" son sencillísimas y no os llevarán más de 10 minutos, ni apenas dinero. Con esta receta salen unos 6 tazones de natillas. ¿Y el precio? Muy económicas. ¡¡Y a los niños les encantan!! Y a los no tan niños. :)
INGREDIENTES:
- 1 litro de leche.
- Un sobre de preparado de natillas.
- 7 cucharadas soperas de caramelo líquido de bote (ya preparado). Nunca le echéis más de 100 ml de caramelo, que ya lleva azúcar y quedaría muy dulce.
- 5 cucharadas soperas de azúcar blanco.
- Canela y galletas "María" al gusto. (opcional)
ELABORACIÓN:
- De un litro de leche, separamos una taza donde disolvemos los polvos de preparado de natillas.
- El resto de la leche la calentamos a fuego medio y, antes de que hierva, cuando empieza a calentarse, disolvemos en ella el caramelo sin dejar de remover. Una vez esté bien disuelto añadimos el azúcar. No dejamos de remover.
- Cuando llegue a hervir, añadimos el resto de la leche donde hemos desleído el sobre de natillas y seguimos removiendo hasta que vuelva a hervir. Dejamos que hierva SIN DEJAR NUNCA DE REMOVER, ya que, de lo contrario, se pegan las natillas al fondo.
- Servimos en vasitos o tazas, o en una gran fuente. Ponemos una galleta y espolvoreamos canela en cada taza, aunque esto es opcional, ya que no a todo el mundo quiere. Dejamos enfriar antes de meter en la nevera, pues se consumen bien fresquitas.
¡¡Tachán, tachán!!